Una de las sensaciones más agradables al ducharnos o al asearnos por la mañana es hacerlo con una toalla que desprenda un aroma agradable. No obstante, durante los meses de invierno, con el descenso de temperaturas y las lluvias, esperar a que se sequen nuestras prendas tras poner la lavadora puede ser una tarea complicada.

Es cierto que en esta época del año, lavar, tender y secar la ropa es un proceso más costoso, sobre todo si tenemos que tender dentro de la vivienda. Si tendemos la ropa en el salón o en la cocina, corremos el riesgo de que la humedad se concentre, que la ropa no se seque del todo bien y que, definitivamente, tenga olor a humedad.

Consejos para el secado de las toallas

Pero, ¿cómo podemos eliminar los malos olores de la humedad de las toallas u otras prendas? La primera recomendación, y puede que la más importante, es que siempre hay que tender la ropa una vez que termine el proceso de lavado, cuánto antes mejor para evitar que se queden mojadas.

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Después, trata de tender las toallas estiradas, sin doblarlas y separando unas de otras lo máximo posible. En el caso de que tengas que tender dentro de casa, procura hacerlo en los espacios más ventilados posibles. Eso sí, hay que evitar colocarlas directamente sobre el radiador o calefactor porque perderá eficacia.

Existen diversos productos para eliminar el olor a humedad de nuestras prendas. Por ejemplo, añadir un poco de bicarbonato mezclado con vinagre durante el lavado es un remedio casero bastante popular para combatir los malos olores. A la hora de guardar las toallas en un armario, se pueden utilizar bolsas con sal o arroz que absorben la humedad y evitan que se produzcan malos olores.